Los recuerdos de mi infancia, me conducen a tiempos en donde, sobre protegido, mi mundo era perfecto, sin mayores preocupaciones que los deberes escolares, mi egoísmo, mi prueba principal en esta vida, estaba a su máxima potencia y no tenia la mínima conciencia, ni corporal, ni social... al menos, no como otras infancias que me han contado pero...
¿Quién puede decirte si lo que has vivido está bien o mal? ¿Quién puede juzgar si fuiste afortunado o no?
En mi infancia no viví con opulencia, pero tampoco en la pobreza extrema, clasemediero pues, escuchaba a Parchis, Cepillín,
Enrique y Ana, Timbiriche y cosas así. ¿Estuvo mal que nunca escuché a Joan Baez, Mercedes Sosa y canciones que te abonaran esa "Conciencia social" que, actualmente parece no existir ni en las Redes Sociales? ¿Debí haberme cultivado con la música de Los Beatles, Rolling Stones o la música Disco que es lo que estaba de moda en los 70's?. No lo sé, solo sé que, siendo padre, hago lo que seguramente mi madre hizo por mí: LO MEJOR QUE PUDO. (ahora lo comprendo perfectamente y se lo agradezco desde el fondo de mi ser).
Cuando me dí cuenta de la clase de vida que tuve hasta los 18 años, descubrí porqué muchos me han etiquetado de Nerd, Ñono y Similares (sí, como el Dr. Simi... gordo, panzón, quesque vacilador, pero en el interior solo hay un alma angustiada, oprimida, reprimida, triste, pesimista, egocentrista, en estado de casi inconciencia, un Zombie, pues, un muerto en vida, como me dijo la psicóloga)... por eso el subtitulo de este blog: "Porque dentro de un frasco he vivido", por ello y por la letra de una canción de uno de mis grupos favoritos: Jaguares.
Dicen que los psicoanalistas, lo primero que te preguntan es tu infancia, porque supuestamente de ahí proviene parte de tu personalidad, yo pienso que solamente es una etapa de la vida, que te deja experiencias y enseñanzas, que ciertamente muchas veces derivan en tu vida actual. Recordarla con añoranza, a veces con tristeza, o como sea, no es malo, pero hay que ser consciente de que la infancia ya forma parte del pasado. Algún otro día, en que la nostalgia me domine, regresaré a escribiré más sobre esta etapa de mi vida.
Pero ¿quién pudo en su infancia tener el poder y conciencia suficiente para cambiar el rumbo de su vida?, al menos yo no.
Y ¿quien puede juzgarte?... solo dios.
